RUTA 2
LUCAS 2:3-7 Todos
regresaron a los pueblos de sus antepasados a fin de inscribirse para el censo. Como José era descendiente del rey
David, tuvo que ir a Belén de Judea, el antiguo hogar de David. Viajó hacia
allí desde la aldea de Nazaret de Galilea. Llevó consigo a María, su prometida, cuyo embarazo ya
estaba avanzado. Mientras estaban allí, llegó el momento para que naciera el
bebé. María dio a luz
a su primer hijo, un varón. Lo envolvió en tiras de tela y lo acostó en un
pesebre, porque no había alojamiento disponible para ellos. (N.T.V.)
A veces,
es difícil ver cómo Dios puede sacar algo bueno de nuestras situaciones malas.
Pero Él saca lo bueno de las circunstancias más desastrosas, tales como la
conquista romana (algo malo), la cual hizo posible la construcción de caminos
para llevar el evangelio (algo bueno).
Antes del
surgimiento del Imperio Romano, la potencia mundial era Grecia, los Helenos, cuya
atrayente cultura llevó a muchos a desear la helenización. Además, cuando
Alejandro Magno conquistaba países, obligaba a sus hombres a servir en su
ejército y aprender a hablar el griego común. Al ser dados de baja, estos
hombres llevaban el nuevo idioma a sus países de origen, ayudando así a crear
una lengua que iban a compartir diferentes pueblos. Este era el sistema
perfecto para la difusión del mensaje revolucionario que saldría de Israel unos
siglos más tarde.
Los
romanos abrieron nuevas rutas en los territorios que habían conquistado, y
protegieron las rutas terrestres y las costas, garantizando así la relativa
seguridad de los primeros misioneros cristianos. Quizás José y María viajaron
por una de esas rutas en su viaje de Nazaret a Belén. Ya sea que lo hicieran o
no, Dios convirtió una inconveniencia, un censo obligatorio, en una bendición:
© El nacimiento de Jesús, el Mesías,
precisamente en el momento y en el lugar profetizado.
Desde el
momento en el Edén, cuando fue garantizada la derrota de satanás, hasta el
momento en que Cristo cumplió la profecía en la cruz, el Padre celestial sacó
siempre algo bueno: su plan para salvar al mundo.
CONFESION
DE FE:
LOS
ROMANOS HICIERON LAS CARRETERAS, PERO DIOS PREPARÓ LA RUTA PARA UN SALVADOR, Y
ESE ES EL VERDADERO MENSAJE DEL PESEBRE PARA LOS QUE HOY CREEMOS EN JESUCRISTO
COMO SEÑOR Y SALVADOR.
ORACION:
Señor Jesús,
Mesías el Príncipe, quien
vendrá nuevamente a reconstruir totalmente a su pueblo al cual ya redimió de
sus pecados (Daniel 9:25). Gracias mi Señor y Salvador Jesucristo por tu
nacimiento que completa el plan de Dios para salvar al mundo y establece la
ruta perfecta para llegar a Él. Gracias Padre Celestial por tu sabiduría,
misericordia, compasión y amor infinito por nosotros tus hijos, manifestado
concluyentemente en la vida de nuestro Redentor Jesucristo, el verdadero y
único Mesías, y el verdadero motivo de la navidad. Amén.
Juan Manuel Lamus O.
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