domingo, 20 de diciembre de 2015

RUTA 2




RUTA 2

LUCAS 2:3-7 Todos regresaron a los pueblos de sus antepasados a fin de inscribirse para el censo. Como José era descendiente del rey David, tuvo que ir a Belén de Judea, el antiguo hogar de David. Viajó hacia allí desde la aldea de Nazaret de Galilea. Llevó consigo a María, su prometida, cuyo embarazo ya estaba avanzado. Mientras estaban allí, llegó el momento para que naciera el bebé. María dio a luz a su primer hijo, un varón. Lo envolvió en tiras de tela y lo acostó en un pesebre, porque no había alojamiento disponible para ellos. (N.T.V.)

©      El mensaje del pesebre
A veces, es difícil ver cómo Dios puede sacar algo bueno de nuestras situaciones malas. Pero Él saca lo bueno de las circunstancias más desastrosas, tales como la conquista romana (algo malo), la cual hizo posible la construcción de caminos para llevar el evangelio (algo bueno).

Antes del surgimiento del Imperio Romano, la potencia mundial era Grecia, los Helenos, cuya atrayente cultura llevó a muchos a desear la helenización. Además, cuando Alejandro Magno conquistaba países, obligaba a sus hombres a servir en su ejército y aprender a hablar el griego común. Al ser dados de baja, estos hombres llevaban el nuevo idioma a sus países de origen, ayudando así a crear una lengua que iban a compartir diferentes pueblos. Este era el sistema perfecto para la difusión del mensaje revolucionario que saldría de Israel unos siglos más tarde.

Los romanos abrieron nuevas rutas en los territorios que habían conquistado, y protegieron las rutas terrestres y las costas, garantizando así la relativa seguridad de los primeros misioneros cristianos. Quizás José y María viajaron por una de esas rutas en su viaje de Nazaret a Belén. Ya sea que lo hicieran o no, Dios convirtió una inconveniencia, un censo obligatorio, en una bendición:
©      El nacimiento de Jesús, el Mesías, precisamente en el momento y en el lugar profetizado.

Desde el momento en el Edén, cuando fue garantizada la derrota de satanás, hasta el momento en que Cristo cumplió la profecía en la cruz, el Padre celestial sacó siempre algo bueno: su plan para salvar al mundo.

CONFESION DE FE:
LOS ROMANOS HICIERON LAS CARRETERAS, PERO DIOS PREPARÓ LA RUTA PARA UN SALVADOR, Y ESE ES EL VERDADERO MENSAJE DEL PESEBRE PARA LOS QUE HOY CREEMOS EN JESUCRISTO COMO SEÑOR Y SALVADOR. 

ORACION:
Señor Jesús, Mesías el Príncipe, quien vendrá nuevamente a reconstruir totalmente a su pueblo al cual ya redimió de sus pecados (Daniel 9:25). Gracias mi Señor y Salvador Jesucristo por tu nacimiento que completa el plan de Dios para salvar al mundo y establece la ruta perfecta para llegar a Él. Gracias Padre Celestial por tu sabiduría, misericordia, compasión y amor infinito por nosotros tus hijos, manifestado concluyentemente en la vida de nuestro Redentor Jesucristo, el verdadero y único Mesías, y el verdadero motivo de la navidad. Amén.



Juan Manuel Lamus O.

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